lunes, 4 de mayo de 2009

Poemas de Roy Dávatoc


Roy Dávatoc

Tocan la puerta.

Tocan la puerta; mujer,
la puerta que nadie atiende hace años,
la que tiene bolsillos como los pantalones
y late condenándose cuando te ausentas.

Tocan ocultos con el amor de dos niños
mientras la tarde cae celosa
con lluvia de palomas,
prisionera de amargura y de distancias.

Pero entre tú y yo
solo existen segundas criaturas;
todas en puntillas junto al muro,
con hilos negros sobre las faldas.

Y ahora
que todos los desánimos se han marchado,
se quedan contigo mi alma
mi voz
y mi palabra.

Inocencia.

Debe hacerse la luz para nosotros
mientras los demonios consumistas
están durmiendo
entrepernados
en sus butacas de cuero fino; le dije.

Me lanzó una mirada indecisa
y frunciendo en ceño
se alejó a servirse un poco de tequila.

Me dijo que él no tiene altar ni patria
y no espera inmolarse
por un sudario que no es el suyo,
pues cree que al final
hasta las estrellas sangran en compañía de los pétalos sin luz
cree que el rocío
es el nombre de una mujer que le gustaron las flores.

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